El ataque de los piratas berberiscos a Zahara de los Atunes
En miércoles a 22 de mayo de 1543 vinieron 450 turcos con nueve fustas y cinco banderas. Las cuales saltarin en tierra al Camarinal en bajo de Bolonia que podrá haber de allí al almadraba de Zaara como legua y media. Los cuales vinieron fuera de camino, por detras de la tierra y cuestas por no ser sentidos o vistos por los arrieros que traen el atún o de otras gentes cristianas que pudiesen dar avisos. Este mismo día al alba viniendo el capitán Francisco de Herrera con 4 o 5 escuderos de descubrir la tierra vieron un lobo y dijeron corramos este lobo y fuéronse corriendo hasta un cerro alto y llegados vieron como un bulto que parecía ganado y dijo el capitán vamos a ver que es y llegados cerca de ello reconocieron que eran turcos que les venían a dar rebato porque venían marchando a mucha prisa, y dan la vuelta corriendo y dando voces al arma al arma que hay turcos y muchos y todos los más estaban durmiendo y otros no lo creían hasta que los vieron.
Y los turcos de que vieron que eran sentidos soltaron sus corredores, los cuales llevaban una bandera colorada, estos corrieron y atajaron la tierra y cautivaban y mataban a las gentes que salían huyendo, estos serían hasta 50.
Los otros 400 fueron en su ordenanza con 4 banderas hasta que llegaron al real de los arrieros y entraron por junto al pozo donde comenzaron a hacer mucho daño y estrago en lo que topaban con arcabuces, y con flechas y con alfanjes. Jareteando las cabalgaduras que topaban que lástima era delas ver.
E haciendo este estrago llegaron hasta la chanca que es donde estaba la más gente. Aquí saltó el capitán y los escuderos a caballo con lanzas y adargas y sus espadas de a caballo y serían hasta 23-24 los de a caballo y arremetieron todos y la otra gente de a pie los que tuvieron armas o con que se defender, y se tuvieron con los turcos valerosamente por espacio de media hora en el cual al tiwmoi los de a caballo se metieron mucho en los turcos hasta que los desbarataron aunque con grandes heridas en sus personas, caballos y en la otra gente de a pie. Aunque los turcos no se fueron muy sanos aunque llevaron la presa.
El 19 de mayo de 1562, Aligur ("Alí Orejón") desembarcó en Zahara, donde capturó a 49 personas, personal de almadraba por supuesto, y "por puro placer mató las acémilas de los arrieros, destrozó iglesia, barcas y artes". A los teatinos (clérigos de la Orden de San Cayetano), que se encontrarían aquí intentando meter en vereda al personal de la cuerda, ni siquiera los tocó, seguramente porque sabía que por ellos no podría obtener un rescate inmediato. Aligur se fue con su trofeo a la barra de Sanlucar, "enterado que la Condesa de Niebla ahorraba en artillería".
El 21 de junio de 1645 se vuelve a producir en las playas de Zahara un desembarco berberisco. A las 3 de la madrugada tocaron a rebato. Los moros aparecieron en un bergantín. Armados, los oficiales y servidores de la almadraba fueron a buscarlos a la sierra de Bolonia, donde los hallaron escondidos entre las peñas. Tras cruzar disparos, pelearon cuerpo a cuerpo. Huyeron los moros, dejando atrás 2 cautivos cristianos y 3 cadáveres. Fueron enterrados en la playa por haber corrido la noticia de que la peste estaba azotando Barbería.
El 26 de junio de 1646 se produjo un ataque por piratas berberiscos de Argel y Tetuán.
Levantada la almadraba el 25, los criados del duque se fueron a Sanlucar. El Alcaide de Zahara y los 3 escuderos se fueron a Vejer, dejando solo a Antonio Almarza Valiente, alojado en la torre de levante. En la madrugada desembarcaron 600 berberiscos de 3 galeras reales, procedentes de Argel y Tetuán. Dos en Bolonia y una ancarada en la caleta. Siguieron el camino que cruzaba la sierra de Cabos de Plata, mientras los barcos se ponían frente al lugar, donde se tendían las redes. Entraron en el castillo, subiendo el montículo de arena, acumulada frente a la muralla. Valiente resistió hasta el amanecer, disparando y tirando piedras. Alertadas las milicias, llegaronen plena batalla, pero se abstuvieron de intervenir. Al amanecer los hombres vieron a Valiente. Supieron que luchaban contra un solo hombre y le derribaron de un disparo. Descubiertos los milicianos, se marcharon. Habían rasgado el cuadro de San Joaquín y Santa Ana de la capilla, destrozando una Virgen de Belén, que estaba en una horanacina de la capilla. Se llevaron cálices y copones, quemaron las pilas de los cartujos, y se llevaron a la mujer y al hijo del mesonero del Mesón del Sol. El padre contempló la escena escondido en el Picacho. Los berberiscos se retiraban, arrastrando con la campana de la chanca. La dejaron, para tomar a un vecino, que cayó del caballo. Se fueron entre las 8 y las 9 de la mañana. Dotada la fortaleza de artillería y munición, no sirvió por falta de gente.